Las tres bodas en las que Lorenzo Caprile hizo brillar a la infanta Cristina
Los comentarios sobre los looks que se pudieron ver en la
boda de Victoria López-Quesada
se centraron sobre
el acierto de la Infanta Cristina, que escogió un diseño de dos piezas formado por una maxifalda con estampado acuarela en azul y una camisa blanca. El resultado: un estilo sobrio, juvenil y fresco y muy elegante.
La infanta se convirtió en una de las damas mejor vestidas de la jornada.
La firma del diseño: Lorenzo Caprile. Y no es casualidad. El diseñador, intimo amigo de la infanta, ha sido el elegido en numerosas ocasiones en las que la hermana del rey Felipe quería brillar.
Se habla del cambio de estilo que ha sufrido la infanta desde su divorcio. Cazadoras de cuero, trajes sastre, camisas masculinas, vestidos de corte recto marcan su armario en los últimos años. Parece haberse reinventado, tras
el doloroso fin de su matrimonio
. El diseño de la boda de Victoria López-Quesada realizado por Caprile forma parte de esa renovación, igual que el talento del modisto fue el aquel sábado 4 de octubre de 1997, en la catedral de Santa Eulalia, en Barcelona, ante 1.500 invitados.
El look de la infanta Cristina en la boda de Victoria López-Quesada. /
La infanta buscaba un diseño clásico y sencillo, pero con un toque rompedor, moderno, para su boda con el exjugador de balonmano Iñaki Urdangarín. Su amiga
Carla Royo-Villanova, esposa de Kubrat de Bulgaria, le habló de su amigo Lorenzo Caprile, que había confeccionado su vestido de novia, diseñado con un originalísimo corsé.
Era el
primer encargo de nupcial de Caprile
había resultado un rotundo éxito, cuatro años antes y había introducido un nuevo estilo en la moda nupcial. Al año siguiente, vistió a Cristina de Borbón- Dos Sicilias, prima segunda de las Infantas y madre de Victoria López-Quesada y, más tarde, su hermana Victoria.
Todos fueron aciertos en el diseño de Caprile
Lorenzo Caprile recibió (y aceptó) el encargo de la infanta Cristina, el más importante de su carrera, e ideó un diseño, en seda valenciana, realizada en los talleres de Rafael Catalá, de color marfil claro, de corte imperio, con bordado alto, manga francesa y un escote barco que rompía con la tradición dejando al descubierto los hombros de la novia. Las críticas fueron unánimes: deslumbrante y favorecedor. Por primera vez,
monarquía española y glamour iban de la mano. La cola redonda de tres metros de largo estaba bordada con lirios, azucenas y estrellas de nieve.
La infanta escogió la tiara floral
, que había pertenecido a la reina María Cristina, al igual que el velo, con el que se había casado, y que
el taller de Caprile restauró minuciosamente. El equipo del modista trabajó en un tiempo record y, cuando estuvo terminado, el vestido fue trasladado del atelier, en Madrid, a Barcelona, en un furgón blindado.
La infanta Cristina y su padre, don Juan Carlos I, el día de su boda con Iñaki Urdangarin. /
Lorenzo Caprile era entonces un jovencísimo diseñador –apenas 29 años– que iniciaba su carrera, tras haberse formado en Italia, y se convirtió en el modisto preferido de las novias de la aristocracia y la alta sociedad. La amistad que surgió entre el modista y la infanta no se ha deteriorado con el tiempo, todo lo contrario. Caprile acudió en persona a
la última sesión del juicio del caso Nóos, para demostrarle su apoyo en uno de los momentos más difíciles, y la saludó con un abrazo una vez que se encontraron en la sala de vistas, sin importarle lo que pudieran decir de él.
Cristina y su hermana Elena compartieron colegio, una como profesora y otra como
compañera de aula, en Santa María del Camino, con las hermanas del diseñador. Doña Cristina le encargó, a partir de entonces, varios trajes de gala y el diseñador fue el encargado de
vestir de noche, por primera vez, a doña Letizia
, en una boda real. Parece que doña Cristina fue quien le sugirió que eligiese al diseñador.
La infanta Cristina con un vestido de Lorenzo Caprile en la boda de Victoria de Suecia. /
La boda de Victoria de Suecia
Doña Cristina solía alternar los
encargos a Lorenzo Caprile y a Jesús del Pozo. Para la boda de Victoria de Suecia con Daniel Westling, celebrada el 19 de junio de 2010, fue Caprile quien diseñó los dos trajes de noche que lució la infanta. En la cena de gala previa a la boda, doña Cristina lució un vestido azul noche muy sobrio, de seda natural, con un impresionante escote drapeado, muy sofisticado, en la espalda, adornada con un gran broche en forme de flor.
Para la ceremonia, doña Cristina optó por un exquisito diseño de corte imperio en gasa, en color verde agua. Fue una de las ocasiones que más
han hecho brillar a la infanta Cristina. La hija de los reyes eméritos eligió para la ocasión
la tiara Cartier
, una de las joyas de pasar, diseñada en 1907 para la reina Victoria Eugenia, y que doña Letizia lució, por primera vez, en una cena de gala en 2018.