miércoles, octubre 16, 2024
Fashion

Lobuloplastia, la cirugía fácil para llevar de nuevo pendientes


Existen
pequeñas cirugías que ayudan a mejorar estéticamente
(y a nivel funcional) el día a día de las personas. La otoplastia es una de ellas, pero, tenemos otra vinculada también a la zona de las orejas, que quizás no es tan popular y se trata de la
lobuloplastia. Un proceso que sirve para corregir los agujeros de las orejas rasgados o para reducir su tamaño, como suele pasar en aquellas personas que se han realizado dilataciones.

Y es que una de las principales razones por las que nos realizamos la lobuloplastia, va de la mano con lucir
pendientes que sean excesivamente pesados o aparatosos. El peso de estos rasga los agujeros y la oreja, ya no es capaz de soportar ninguno. Conocemos las claves de la lobuloplastia de la mano de la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica en Eleca Clinic; la doctora Pilar de Frutos, cirujana plástica y directora de la Clínica Pilar de Frutos y la enfermera especializada en dermoestética.

En qué consiste la lobuloplastia

«La lobuloplastia es el
proceso mínimamente invasivo, prácticamente indoloro que reconstruye el lóbulo de la oreja que se ha rasgado» explica la doctora Elena Jiménez. La profesional destaca que «la moda o
el simple gusto personal por pendientes grandes
hace que, con el paso del tiempo, los agujeros de los lóbulos se alarguen y aparezcan como lóbulos rasgados».

La experta añade que «muchas mujeres buscan soluciones para corregir este problema y
volver a lucir sus pendientes favoritos con confianza, y, por ello una de las opciones más populares es la lobuloplastia».

Se trata de «un procedimiento quirúrgico menor que se realiza para
reparar el lóbulo de la oreja» añade Jiménez y destaca que «cada vez es más popular porque es un procedimiento sencillo y efectivo, que corrige los lóbulos desgarrados o deformados porque el agujero se ha hecho más grande». Existe otro tipo de perfil, tal y como explica Jiménez que son «quienes han sufrido un accidente o para aquellas personas que han usado dilataciones y desean volver a tener su lóbulo inicial».

Se trata de un procedimiento sencillo, «que se realiza
bajo anestesia local y durante entre 30 minutos y una hora por lóbulo» explica Rachel Keys. La doctora Pilar de Frutos destaca que «dependiendo de la técnica utilizada, se eliminan las áreas necesarias y se colocan puntos de sutura que se retiran aproximadamente entre 12 y 14 días». La profesional añade que «el paciente puede retomar una vida normal prácticamente desde el día siguiente».

Hay casos más complejos, prosigue la doctora Pilar de Frutos, «en los que se corrige un agujero rasgado, el procedimiento incluye
cerrar completamente el agujero antiguo, ya que esta técnica es la más eficaz. Después, el paciente deberá hacerse un nuevo agujero para el pendiente en una zona diferente de la línea de puntos».

Perfil del paciente que se realiza lobuloplastia

La lobuloplastia tiene diferentes perfiles de pacientes. El más común, explica la doctora Pilar de Frutos, son «
mujeres especialmente a partir de los 40 0 45 años». La experta añade que «también se puede utilizar para correcciones estéticas, como en el caso de lóbulos demasiado grandes o con formas inadecuadas, que pueden ser congénitas o resultado de accidentes».

La causa principal por la que acuden a consulta añade la doctora Elena Jiménez, es que «han usado pendientes pesados durante varios años» y detalla que «
cada vez hay más lobuloplastias en pacientes más jóvenes por el uso de pendientes llamativos y pesados». Jiménez, además, considera que «en este grupo vemos también desgarros no sólo en el lóbulo, sino en otras zonas de la oreja donde las pacientes han llevado pendientes o incluso piercings. Y por supuesto, también están, esos pacientes que desean corregir lóbulos alargados debido a piercings grandes o dilataciones».

Tiempo de recuperación y cuidados específicos

El tiempo de recuperación de la lobuloplastia no es amplio y al día siguiente se puede estar haciendo más o menos vida normal, siguiendo algunas recomendaciones. Rachel Keys considera que «depende de la cicatrización de la persona, puede durar entre 1 y 2 meses, aunque
los puntos se retiran a la semana aproximadamente».

Esto es, como detalla Pilar de Frutos, porque «se trata de una cirugía mínimamente invasiva realizada con anestesia local. El paciente puede retomar
actividades cotidianas normales al día siguiente, aunque para actividades que impliquen esfuerzos importantes, se recomienda esperar aproximadamente dos semanas». La doctora, además, considera que «en el caso de corrección de agujeros rasgados, es necesario hacer un nuevo orificio para el pendiente en una zona alejada de la cicatriz, ya que esta área tiende a ser débil».

Además de la lobuloplastia, se puede completar el procedimiento en la zona en aquellos casos en los que el lóbulo ha perdido también firmeza. La doctora Elena Jiménez destaca que se puede
«restablecer el volumen con
ácido hialurónico
e, incluso, algunos desgarros incipientes pueden ser tratados con esta técnica. Se coloca el ácido hialurónico rodeando el agujero del lóbulo y con el volumen se reducen el diámetro de este».

¿Volvemos a los pendientes pesados?

Uno de los motivos principales por los que se realiza esta cirugía es, como mencionamos, los pendientes pesados. Así que, una de las dudas es si podremos volver a utilizarlos. La doctora Elena Jiménez, directora médica en Eleca Clinic cree que «se pueden volver a usar pendientes, pero, siempre
recomendamos que no tengan peso, ya que un lóbulo reparado tiene menos fuerza y, por lo tanto, menos aguante de cara al peso de los pendientes».

Otra de las razones por las que no es recomendable, es «si la cicatriz se somete a la tensión del pendiente
puede perder consistencia y volver a abrirse como si estuviera rasgado de nuevo». Jiménez concluye que «si pensamos en usar pendientes pesados, debemos de limitarlos en el tiempo y en ocasiones especiales».

Otra recomendación que mejorará considerablemente el proceso de recuperación y los resultados a largo plazo es «
no dormir con pendientes para evitar tensiones durante el sueño sobre la cicatriz», concluye la doctora Jiménez.





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