Los amigos más íntimos de la reina Sofía: de Enrique de la Mata Gorostizaga a Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba
En los últimos días, la presencia de
la reina Sofía ha sido casi diaria. La agenda de la Casa Real, que normalmente se centra en actos presididos por los reyes Felipe y Letizia, ha cedido
parte del protagonismo a la emérita
que ha jugado un papel determinante. Eso quiere también decir que doña Sofía ha estado más expuesta que nunca a la opinión pública en una semana en la que las noticias entorno al rey Juan Carlos y Bárbara Rey han copado portadas y programas de televisión.
Pero la reina Sofía siempre
se ha caracterizado por su estoicidad
y también por saberse rodear de personas que la arropan, la consuelan o la protegen. En el último acto en el que la hemos visto, los Premios Sociales de la Fundación Mapfre 2024, ha sido su hija la infanta Elena la encargada de acompañar a su madre. Sin embargo,
la lista de amistades de la madre del rey es amplia, extensa, y variada. Su círculo más íntimo está compuesto por integrantes del género femenino (
de su amiga Tatiana Radziwil
a su inseparable hermana Irene de Grecia) y también del género masculino.
De Harald de Noruega a Enrique de la Mata Gorostizaga
Doña Sofía siempre ha contado con leales asesores y confidentes que la han apoyado en momentos difíciles. Estas amistades masculinas han estado envueltas en la discreción y sólo en alguna ocasión han dado lugar a maledicencias. Una de estas amistades fue, según dicen, el primer amor de la reina Sofía justo antes de casarse con don Juan Carlos, pero ella siempre ha insistido, en los libros de Pilar Urbano, en que su
romance con el rey Harald de Noruega
fue totalmente inventado por la prensa.
Fuera o no cierto, la realidad es que, en esos años, al principio de los sesenta, Harald ya había conocido a la que sería su esposa, la plebeya hija de un empresario textil
Sonia Haraldsen, con la que acabaría casándose tras años luchando por su amor, en 1968. Hoy, Sofía y Harald siguen manteniendo una buena amistad, quizá una de las más cercanas de la realeza europea. Pero, según la misma reina ha dicho, «Juanito fue el primero y el único».
Algunos periodistas, sin embargo, han dado vueltas a la idea de posibles romances de la reina emérita, teniendo en cuenta que su matrimonio se acabó en 1976, cuando la reina descubrió por primera vez que J
uan Carlos tenía una amante
, y los numerosos idilios que se le han atribuido en los siguientes años al rey emérito. Sin embargo, los rumores han sido siempre muy tímidos y nunca se han centrado en nada concreto. Doña Sofía ha pasado sus días entre la dedicación a la corona y la compañía de sus hermanos. Sin embargo, sí ha forjado
interesantes amistades masculinas que la han apoyado en momentos difíciles
En los años ochenta trabó una cercanía especial con
Enrique de la Mata Gorostizaga. En esos años, Mata Gorostizaga estaba al frente de la Cruz Roja Internacional por lo que coincidía a menudo con la Reina Sofía en numerosos actos oficiales y benéficos.
De la Mata llegó, en 1967, al frente de la Cruz Roja española. En la Transición fue Ministro en el primer gobierno de Adolfo Suárez (1976-1977). En 1978 volvió a presidir la Cruz Roja. En 1981 se puso al frente de la Cruz Roja Internacional. Tanto la reina como él, un
hombre leal y luchador, estaban fuertemente comprometidos con el proyecto y compartieron conversaciones y reuniones. De la Mata Gorostizaga falleció en 1987.
Su amistad con Alfonso Díez y la relación con la casa de Alba
Durante un tiempo, se dispararon los rumores sobre una posible amistad entre doña Sofía y Alfonso Díez, que acababa de enviudar de la Duquesa de Alba. Fue la escritora y
periodista Pilar Eyre
, autora de la biografía ‘La soledad de la Reina’ (La Esfera de los Libros, 2012), la primera en mencionar esta amistad entre Díez y la reina emérita en enero 2018.
Según la periodista,
el viudo de Cayetana de Alba
tejió una estrecha relación con la reina durante la enfermedad de la duquesa, cuando doña Sofía llamaba prácticamente a diario para preocuparse por su evolución. Alfonso era quien cogía siempre el teléfono y hablaba con la emérita. Parece que ambos comparten pasión por el cine, el arte y las antigüedades.
Tras la muerte de Cayetana, coincidieron en algún encuentro y se les vio relajados y sonrientes. Sin embargo, en la boda de Fernando Fitz -James Stuart, Duque de Huéscar, y nieto de Cayetana, y Sofía Palazuelo, ceremonia a la que ambos estaban implicados, en octubre de 2018,
no se les vio saludarse públicamente.
Poco después, la periodista Beatriz Cortázar aseguró que la amistad ente ambos había terminado, porque no gustaba nada en Casa Real. Alfonso Díez, siempre educado y discreto, respondía a los periodistas que le asediaban con el tema: «Hay que ser un poco serio, no se puede hacer correr una noticia sin ninguna base, no voy a entrar en eso». Y, enfadado, añadía. «Esta zanjado».
La relación de la familia real con los Alba siempre ha sido estrecha. El duque de Alba, Fernando Fitz-James Stuart, tiene una gran relación de amistad con la reina. Poco después de la boda de su hijo Carlos con Sofía Palazuelo, trascendió
una comida celebrada en el Palacio de Liria, en Madrid, a la que asistieron apenas ocho personas, entre ellas doña Sofía y su hermana junto Alicia Koplowitz, con quien guarda una gran amistad, tras haber sido pareja hace unos años. Estos encuentros suelen ser habituales, aunque no se tenga noticia de ellos, porque, si algo caracteriza al actual duque de Alba, es su extrema discreción.
Médicos, banqueros y un jefe de seguridad
Doña Sofía ha tenido también, durante años, un estrecho círculo de colaboradores en los que depositó toda su confianza y con los que acabó forjando una relación de amistad. Uno de ellos es el teniente
general José Cabrera, retirado del ejército y que fue jefe de su secretaria durante 17 años, hasta 2013, cuando se jubiló.
También depositó su confianza en
Francisco Requena, jefe de seguridad de Casa Real, que la acompañó en sus viajes, y en Miguel Fernández Tapia-Ruano, médico de confianza. Arturo Coello, que sustituyó a Cabrera, también formó parte de ese círculo de confianza. Todos ellos la ayudaron en momentos difíciles y supieron aconsejarla de la mejor manera cuando se sintió sola e incluso abatida, según explica la periodista Carmen Enríquez.
Hay otra figura con la que la reina Sofía guarda una cercana relación:
Bartomeu Catalá, fundador y presidente de Proyecto Hombre Baleares, organización al frente de la cual lleva 31 años. Es un hombre muy respetado en la isla. La reina y él son amigos desde hace muchos años. Doña Sofía siempre ha apoyado su proyecto y parece que tienen una relación estrecha. Ella se ha implicado siempre a fondo con la asociación. Con él coincide en el concierte benéfico que se organiza en Semana Santa en Palma de Mallorca a beneficio de Proyecto Hombre. Este año asistió como todos los años, en compañía de su hermana Irene
Otro de los amigos más cercanos de la reina es el banquero
Muhammad Yunus, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2006, y el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998. Yunus es un prestigioso emprendedor social de origen bangladesí, conocido como el «banquero de los pobres». Doña Sofía y Yunus suelen verse un par de veces al año. Se conocieron en 1993 cuando los presentó la reina Fabiola de Bélgica en Bruselas, en la recogida de un premio.
La reina ha viajado con él a Bangladesh para conocer su trabajo y sus proyectos de cerca con las aldeas más pobres. Siempre
le ha mostrado su apoyo, con su proyecto de los microcréditos, préstamos a muy bajo interés para impulsar las economías más precarias, campaña de la que doña Sofía fue co-presidenta a nivel mundial, desde finales de los años noventa. En todas las fotos en las que aparecen juntos, doña Sofía aparece sonriente y relajada.