Los espaguetis más finos del mundo no son comestibles
Un equipo del University College de Londres, en el Reino Unido, creó los espaguetis más finos del mundo: su diámetro es de 372 nanómetros y son 200 veces más finos que un cabello humano. Este invento bate el récord anterior de los ‘Fili di Dio’ (en italiano) o ‘hilos de Dios’ en español, un tipo de pasta típica de la ciudad de Nuoro, estirada exclusivamente a mano, que mide 400 millonésimas de metro de diámetro.
Aunque los Fili di Dio son una joya culinaria, intentar cocinar y comer la recién nacida «nanopasta» es imposible. Su función no es disfrutarse con salsa napolitana y queso parmesano. Fueron creados con fines clínicos: hacer vendajes para la regeneración de tejidos que sean porosos al agua pero no permitan el paso de bacterias.
Ilustración: University College de Londres; Beatrice Britton, Adam Clancy
Técnicamente es pasta, pero no de la nonna
Aunque no es un alimento, la nanofibra es una especie de pasta a nivel químico. Está compuesta de hebras de almidón hechas con una mezcla de harina de cereales y ácido fórmico arrancadas por una aguja hueca muy fina mediante una potente carga eléctrica; una técnica conocida como ‘electrospinning‘. De acuerdo con los investigadores, el ácido fórmico se utiliza como un sustituto del agua porque rompe la estructura helicoidal típica de las cadenas de almidón y crea hebras aún más finas, imposibles de ver a simple vista, luego se evapora.
Hay otras formas de obtener fibras de este tipo, por ejemplo, purificando el almidón directamente de las plantas que lo producen para almacenar reservas de glucosa, aunque según precisa Adam Clancy, autor principal del estudio, estos sistemas son perjudiciales para el medio ambiente porque utilizan materiales corrosivos y producen residuos que habría que eliminar. Por su parte, la harina de cereales es limpia y económica, adaptándose a la producción industrial circular.
El trabajo de los investigadores londinenses, publicado en la revista Nanoscale Advances, hiló las nanofibras hasta formar un retazo de unos 2 centímetros. Según los autores, esta forma de nanopasta podría utilizarse como gasas para heridas gracias a su porosidad. Además, podría emplearse como armazón para el crecimiento de tejidos por su similitud con la matriz extracelular. «Por no hablar de que es biocompatible y biodegradable», sugiere Clancy.