Luka Doncic, un avión tras la lesión: triple-doble, lanzados al 1º y con un canastón
Hace poco más de dos semanas, las alarmas saltaban en los Dallas Mavericks.Luka Doncic, su estrella y su todo, sufría una distensión en la muñeca que le paraba y dañaba seriamente la situación del campeón del Oeste del curso pasado. Pero esto es baloncesto, y lejos de mermar a los Mavs, Dallas encontró su juego y cuando regresó el canterano del Real Madrid a la acción, todo sube de nivel. Doncic está en modo MVP y los Mavericks quieren ganar el Oeste. Su asalto de Toronto ante los Raptors es un mensaje (118-125).
En Toronto, los Mavs fueron de más a menos. Dominaban con soltura al descanso (16 arriba), y los Raptors fueron creciendo hasta dejar un final parejo en el que Dallas no dudó. Aupados por su dúo que todo lo resuelve. Doncic se marchó a los 30 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias en otro triple-doble. A su lado, Kyrie Irving facturó 29. Y se sumó Klay Thompson, hasta los 20. Los 27 del talentazo anotador Gradey Dick no bastaron en el lado canadiense.
Dallas, así, se coloca segundo del Oeste. Ya son una realidad. Encadenan 11 vencidos de los últimos 12 partidos (solo perdieron con los Miami Heat en casa) y con un gran registro de 16-8 siguen persiguiendo a los Thunder (18-5). Les da igual el calendario y la acumulación de esfuerzos. «No vamos a quejarnos. Hemos llegado lo lejos que podemos en los del Oeste y vamos a hacer lo mismo contra los del Este. Pero la liga no puede quejarse cuando los jugadores se queden fuera cuando tienes un calendario así», relató Jason Kidd.
Pero la liga no puede quejarse cuando los jugadores se queden fuera cuando tienes un calendario así
Los Mavs siguen subiendo enteros, en gran parte, por el fenómeno Doncic. Que desde que solventó sus problemas físicos está en números extraterrestres. Con promedios de 31 puntos, 9,5 asistencias y 10,5 rebotes. Además de dos pilares importantes: un gran acierto (50% en tiros de campo y 43% en triples) y la defensa, al robar más de tres balones por choque.
Ahora le tendré que sentar
Y, de paso, hace historia. Su triple doble en Toronto supuso que se coloque en solitario como el séptimo de todos los tiempos que más firma con 79. Está justo detrás de… su entrenador. Porque Jason Kidd, cuando vestía de corto, alcanzó los 119. «Ahora le tendré que sentar», bromeó el antiguo base y ahora técnico de los Mavericks.