Mira Murati, la jefa de tecnología de OpenAI, deja la compañía | Tecnología
“Tengo algo que compartir con vosotros. Tras mucho reflexionar, tomó la difícil decisión de dejar OpenAl”. Con un mensaje difundido a través de las redes sociales, la directora tecnológica de OpenAI, Mira Murati, ha dicho adiós a la compañía que revolucionó la inteligencia artificial generativa con su ChatGPT. Murati llegó a ser por un breve período la jefa ejecutiva de OpenAI después de que el consejo de administración despidiera a Sam Altman, cofundador de la firma y luego readmitido con todos los galones. Duró poco como consejera delegada interna, ya que se rebeló contra el despido de Altman. Fue la primera en una lista de empleados que firmaron una carta en la que pedían la dimisión de los consejeros y amenazaban con irse si no se devolvía el poder al anterior consejero delegado.
En su mensaje de despedida, la directiva asegura: “Me alejo porque quiero crear el tiempo y el espacio para hacer mi propia exploración. Por ahora, mi principal objetivo es hacer todo lo que esté en mi mano para garantizar una transición fluida y mantener el impulso que hemos logrado”.
La compañía no termina de recuperar la estabilidad desde la crisis que atravesó el año pasado. Su presidente y cofundador, Greg Brockman, declaró en agosto que se tomó un período sabático hasta finales de año. Otro cofundador, Ilya Sutskever, que dirigió un equipo centrado en la seguridad de la IA y que fue uno de los protagonistas de la maniobra que acabó con el cese temporal de Altman, se marchó en mayo y fundó su propia firma de inteligencia artificial. Días después de la marcha de Sutskever, su colider del equipo de seguridad, Jan Leike, también dimitió y lanzó críticas a OpenAI por dejar que la seguridad “pasara a un segundo plano en favor de productos brillantes”
Murati se va, en cambio, con buenas palabras. “Mis seis años y medio con el equipo de OpenAl han sido un privilegio extraordinario. Aunque expresaré mi gratitud a muchas personas en los próximos días, quiero empezar agradeciendo a Sam y Greg su confianza en mí para dirigir la organización técnica y su apoyo a lo largo de los años”, dice. “Nunca es el momento ideal para alejarse de un lugar que uno aprecia, pero este es el momento adecuado”, añade.
“Siempre estaré agradecida por la oportunidad de formar parte y trabajar junto a este extraordinario equipo. Juntos hemos superado los límites del conocimiento científico en nuestro empeño por mejorar el bienestar humano. Aunque ya no esté en las trincheras con vosotros, os seguiré apoyando. Con profunda gratitud por las amistades forjadas, los triunfos obtenidos y, lo que es más importante, los retos superados juntos”, concluye su mensaje.
La salida de Murati se produce en un momento en que la valoración de OpenAI está disparada. La compañía ultima una ronda de financiación en la que alcanzaría un valor de 150.000 millones de dólares (unos 136.000 millones de euros), según adelantó Bloomberg hace dos semanas, advirtiendo de que las negociaciones están en marcha y las condiciones podrían variar. En la operación, la firma que dirige Sam Altman aspira a captar unos 6.500 millones de dólares para financiar su desarrollo.
Con esa valoración, OpenAI se reafirma como una de las empresas emergentes no cotizadas más valiosas del mundo, solo por detrás de ByteDance (empresa editora de TikTok), que vale más de 250.000 millones de dólares, y de SpaceX, la empresa de cohetes y satélites fundada por Elon Musk, valorada en unos 200.000 millones. Como las empresas no cotizan, esas son referencias que proceden de valoraciones teóricas o de precios fijados en rondas de financiación y ventas de acciones, pero no hay un mercado que refleja oscilaciones en su valor en función de la coyuntura económica, los resultados de las compañías. y otros factores.