“Nuestro compromiso es asistir a los más necesitados en Cuba»
MIAMI. En un contexto donde la asistencia humanitaria a Cuba enfrenta constantes obstáculos, la organización Cruz Verde Internacional se ha convertido en un pilar de apoyo para quienes más lo necesitan. Liderada por Taimy Alfonso, su directora ejecutiva, la entidad trabaja en proyectos de salud, asesoría migratoria y medio ambiente, con el objetivo de ofrecer soluciones concretas a comunidades vulnerables dentro y fuera de la isla. Su iniciativa 911 Cuba, en colaboración con Solidaridad Sin Fronteras, busca garantizar el acceso a medicamentos y suplementos esenciales para la población cubana, evitando los canales oficiales que limitan la ayuda.
En esta entrevista, Alfonso explica el funcionamiento de la organización, los desafíos de operar en un país donde el régimen restringe la llegada de ayuda independiente y el contraste con otros países donde sí reciben respaldo institucional. Además, comparte su historia personal y la motivación detrás de su labor humanitaria, marcada por la experiencia de su familia, que tuvo que abandonar Cuba debido a la represión política.
A pesar de las dificultades, la misión de Cruz Verde sigue firme: extender la mano a quienes más lo necesitan. Con la convicción de que la solidaridad no tiene fronteras, Taimy y su equipo continúan luchando para brindar apoyo a los cubanos y otros grupos vulnerables en distintos países, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, la ayuda siempre puede llegar a quienes la necesitan.
¿Puedes hablarnos sobre la organización La Cruz Verde Internacional y su trabajo?
Nuestra organización trabaja en diversos proyectos y aborda diferentes temas. Uno de nuestros enfoques es el asesoramiento en temas migratorios, incluyendo la Ley SB 7016 de Florida, que permite a médicos extranjeros revalidar su título y ejercer sin necesidad de completar una residencia previa. Esto representa una gran oportunidad para médicos de Cuba y otros países que enfrentan un proceso de revalidación prolongado.
Además, brindamos espacios y recursos a médicos cubanos y venezolanos. Contamos con abogados que colaboran con nosotros, y cualquier miembro de nuestra organización puede acceder a su asistencia legal.
Otro de nuestros pilares es la cooperación médica, que consideramos nuestra misión principal. Como parte de nuestra visión, también estamos desarrollando proyectos medioambientales en los mismos países donde tenemos presencia médica, trabajando en conjunto con los gobiernos para su implementación.
En resumen, nuestra misión es asistir a las personas más necesitadas en todo el mundo. Aunque comenzamos con Cuba, buscamos expandir nuestra labor a otros países con la ayuda de nuestros médicos.

¿Qué labor realizan en Cuba?
Nuestra organización impulsa un proyecto llamado 911 Cuba, en colaboración con el presidente de Solidaridad Sin Fronteras, el Dr. Julio César Alfonso. Este programa tiene como objetivo llevar ayuda directa al pueblo cubano, proporcionando suplementos médicos y alimenticios a quienes más lo necesitan. Nos encargamos de realizar envíos que llegan directamente a los hogares de los beneficiarios.
¿Cómo puede un cubano solicitar esta ayuda?
Desde Cuba, los interesados pueden contactarnos por correo electrónico y enviar ciertos documentos para solicitar apoyo. Este es el correo [email protected]
Los requisitos incluyen:
- Carné de identidad.
- Información del paciente.
- Datos del médico tratante.
- Historial médico.
- Contacto del profesional de salud que atiende al paciente.
Es importante contar con evidencia de los medicamentos requeridos. Una vez recibida toda la documentación, creamos un expediente para el paciente. Luego, nuestros médicos revisan la información, realizamos la compra de los medicamentos en farmacias y añadimos otros suplementos para completar el paquete, que enviamos directamente a través de agencias.
Este servicio es completamente gratuito. De hecho, los primeros y más importantes donantes del programa 911 Cuba somos el Dr. Julio César Alfonso y yo. Nuestro compromiso es retribuir a nuestra isla con la ayuda que tanto necesita. Ahora que estamos en una mejor posición en este país, queremos devolverle a Cuba lo que podamos.
Los proyectos de asistencia humanitaria que evitan los canales oficiales suelen ser vetados en Cuba. ¿Qué experiencia han tenido?
Podríamos hacer mucho más, pero el gobierno cubano nos pone trabas y no coopera con organizaciones como la nuestra. Si nos permitieran asistir directamente al pueblo cubano, podríamos ampliar significativamente nuestro impacto.

¿Es diferente la experiencia cuando trabajan en otros países?
Definitivamente. En otros países, llegamos con nuestros médicos y recibimos apoyo y reconocimiento. Nos agradecen, nos reciben con los brazos abiertos e incluso el gobierno nos respalda. Lamentablemente, eso no ocurre en Cuba.
¿Puedes contarnos sobre ti y tu vínculo con Cuba?
Nací en Cuba, pero emigré siendo muy pequeña, con poco más de cuatro años. Mi familia decidió irse porque mi abuelo fue preso político en 1962. Como castigo, a mi madre y a mi tío no les permitieron acceder a la universidad.
Mis padres no querían que yo pasara por lo mismo, así que tomaron la difícil decisión de emigrar. Mi abuelo nunca pudo regresar a su tierra ni volver a ver a sus hermanos, quienes fallecieron sin poder despedirse.
Dejamos todo atrás y empezamos de cero. Mis abuelos me cuidaban mientras mi mamá trabajaba, y tuvieron una gran influencia en mí. Mi mayor deseo es que mis acciones los hagan sentir orgullosos, dondequiera que estén. Que sepan que los sacrificios que hicieron por nuestra familia valieron la pena.
Trabajar con Cuba es frustrante porque hay muchos profesionales capacitados y podríamos hacer mucho más, pero el gobierno no facilita la ayuda. Si nos dieran la oportunidad de asistir directamente al pueblo cubano, podríamos hacer mucho más. Es triste la situación en mi país, pero seguimos haciendo todo lo posible dentro de nuestras capacidades.

¿Por qué seguir ayudando a Cuba a pesar de tantas trabas?
Vengo de una familia humilde y trabajadora del campo, de un lugar llamado Río Hondo, en Pinar del Río. Mi abuelo era conocido como “el padre de todas las casas” porque siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Cultivaba tabaco tapado y frijoles, y en nuestra casa nunca faltaba un plato de comida para quien lo necesitara.
Ese espíritu de solidaridad fue lo que me inculcaron. Aunque emigré muy pequeña y conozco poco de Cuba, siento un profundo vínculo con la isla y su gente. Mi conexión con Cuba es por mis abuelos, por la historia de mi familia y por el sufrimiento que sé que muchos atraviesan. Por eso, aunque las dificultades sean muchas, seguiremos ayudando en todo lo que podamos.