Quién es Christian de Massy, el primo rebelde de Carolina de Mónaco que se enfrentó a los Grimaldi
Creemos conocer todo sobre la familia Grimaldi, pero no es así. Hay miembros que no suelen aparecer en la crónica social, todo lo contrario que el príncipe Alberto, las princesas Carolina y Estefanía y sus respectivos hijos. Tampoco aparecen por grandes eventos como el Día de la Cruz Roja o el
Baile de la Rosa, que organiza la princesa Carolina
. En este caso
nos referimos a Christian de Massy, primo de Carolina de Mónaco, quien guarda mucho mejor recuerdo de Grace Kelly que de su tío Rainiero,
un matrimonio cuajado de dificultades
, por cierto.
Hijo de Antoinette, la hermana díscola del príncipe Rainiero, tiene tras de sí una historia fascinante que él mismo ha relatado en un libro,
‘Palace: My Life in The Royal Family of Mónaco’ (‘Palacio: Mi vida en la familia real de Mónaco’), prácticamente descatalogado, que sentó particularmente mal a Rainiero. Una existencia, la del barón de Massy, marcada desde su nacimiento por su pertenencia a la familia Grimaldi y por las decisiones que su madre, Antoinette, tomó cuando él era un niño.
Un hecho que no podemos pasar por alto es que era el segundo en la línea sucesoria detrás del príncipe Rainiero, al ser el primogénito de
la controvertida Antoinette
, pero cuando llegó Grace Kelly y se casó con el príncipe, la cosa cambió, pues tuvieron sus propios hijos y, por lo tanto, herederos.
Antoinette tuvo a sus hijos Elizabeth Ann, Christian Louis y Cristina Alicia, con el abogado y tenista Alexandre Athenase Noghès, cuando el deportista todavía estaba casado. Una vez se divorció en 1951 y
contrajo matrimonio con Antoinette los hijos se legitimaron y Rainiero otorgó a
su rebelde hermana
el título de baronesa de Massy.
La hermana de Rainiero intentó derrocarle
Se daba la circunstancia de que la baronesa vio una ventana de oportunidad con un escándalo financiero que afectó a Rainiero y que no tuviera hijos (acusó a su novia de entonces, Gisele Pascal, de ser estéril) para intentar
que el heredero fuera su hijo Christian. Para ello contó con la connivencia de su pareja de ese momento (ya se había divorciado de su marido), Jean-Charles Rey, presidente del parlamento monegasco. A su lado, intentó derrocar a su hermano. Salió mal.
Fueron unos días turbulentos que quedaron en agua de borrajas y que el propio Christian no recuerda porque era muy pequeño. En una entrevista en el periódico ‘La Nación’ manifestaba que su madre se veía como la regente hasta que él alcanzase la edad para poder acceder al trono. Posteriormente le enviaron al
elitista internado suizo Le Rosey, de donde sería expulsado. Después estudiaría en un colegio benedictino en el Reino Unido. Y más tarde se dedicó a construir su leyenda de indomable.
A la hermana de Rainiero de Mónaco se la expulsó durante un tiempo del principado, pero finalmente tanto Rainiero como Grace, especialmente esta última, se ocuparon de su familia y la perdonaron. Christian de Massy asegura que le deben todo a
la que fuera musa de Alfred Hitchcock: «Fueron los años más fantásticos de Mónaco y cuando murió en 1982, empezó a decaer», asegura.
En un principio tuvo mucha relación con sus primas, Carolina y Estefania y asegura que era muy amigo del primer marido de la mayor de los Grimaldi,
el conocido playboy Philippe Junot, a quien
se relacionó con Giannina Faccio
en los estertores de su matrimonio con la princesa monegasca.
El barón admite que no es muy trabajador, que montó negocios que enseguida abandonó y que
se dedicó a recorrer Hispanoamérica. Cuando su primo Alberto llegó al trono, le sugirió hacerse cargo de las relaciones entre Hispanoamérica y Mónaco, por el gran conocimiento que tiene del continente y contó con su beneplácito, según asegura en la mencionada entrevista.
Llegó a Montecarlo al funeral de su hermana en el avión privado de Alberto de Mónaco
Christian de Massy regresó a Mónaco cuando
murió su hermana Elizabeth Ann, con quien no tenía una buena relación. Alberto de Mónaco le insistió para asistiera al funeral y así lo hizo. Incluso le mandó su avión privado a Colombia, donde estaba viviendo en ese momento.
No se deja el barón ver en muchos eventos públicos en Montecarlo, más allá del
tradicional tedeum el Día Nacional de Mónaco en noviembre. «Mónaco es un lugar demasiado chico para tantos miembros de la familia y egos tan grandes. Yo prefiero mi moto», dice, con contundencia.