sábado, octubre 5, 2024
Cuba

Represores cubanos «revolucionariamente» en Estados Unidos


PUERTO PADRE, Cuba.- Perseguido por la policía política desde finales de los años 90, a partir del mismo instante en que comencé a investigar para escribir la novela Bucaneros -“Méndez Castelló está hurgando en Drogas”, dirían, entre ellos el teniente coronel Febles-, mi trabajo en el periodismo independiente acrecentó esa persecución hasta el día de hoy, cuando viejas soplonas pretenden hacer labores de acercamientos tras las tapias, y esbirros con ínfulas de “creativos” prosiguen el acecho y hasta hacen para que sitúen bolsas con piedras en la puerta de nuestro hogar, cual aviso de lapidación, como sucedió la semana pasada.

Ese acoso hizo que luego de continuas detenciones arbitrarias, ya hace años -no recuerdo ahora fechas ni interés tengo en traer aquella petición inútil en su progreso pero útil en su contexto moral- sí, me hizo en algún momento solicitar refugio político en Estados Unidos, amparo que me fue negado por mi condición de exoficial del Ministerio del Interior, salido de allí en 1989 por voluntad propia y no expulsado.

“¡Ah… a usted no lo expulsaron!”, exclamaría la funcionaria del Departamento de Refugiados de la por entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. “No, señora, yo me fui, de ningún lugar en este mundo me han echado”, dije, concluyendo así, negativamente, mi petición de refugio.

Las paradojas…

Paradójicamente, a quienes las autoridades migratorias estadounidenses no han negado refugio, parole humanitario o reunificación familiar es, y por sólo citar este ejemplo provinciano, a dos dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC) y a un oficial de la policía política que, precisamente, cumplió la tarea de perseguirme y hasta de ponerme preso.

Y sabido es que en los regímenes totalitarios de corte y costura soviético, como lo es en Cuba el castrocomunismo, el sistema de terror físico y psicológico es ejercitado por la policía política, pero cuales perros de presa integrando una jauría, sujeta a través del control del PCC y sus departamentos que rigen la ideología.

Pero hoy avecindado en Estados Unidos está Misael Enamorado Dager, del que no solo yo, sino también muchísimas personas son víctimas de represión política, porque él fue primer secretario del PCC en Las Tunas y en Santiago de Cuba.

Como integrante del Comité Central, fue subordinado directo de Fidel y Raúl Castro. Luego, fungió como ejecutor por supervisión de la represión. Como él, él rendían cuenta del cumplimiento de las políticas totalitarias de represión diseñadas o aprobadas por la dictadura jefes provinciales de policías, fiscalías y de tribunales, y no porque sí, sino nada menos que por mandato constitucional, al ser el PCC el dirigente superior de la sociedad y del Estado.

Los funcionarios del PCC

Residiendo hoy en Estados Unidos también está Roy Molina Campos, que ejerciera, como Misael Enamorado, ese mismo rol de represor político, aunque a menor escala.

Roy Molina era primer secretario del PCC en el municipio Puerto Padre, en esos mismos días en que por nuestras opiniones políticas, muchísimas personas, entre ellas yo mismo, residíamos en los calabozos de la Estación de Policía de esa ciudad. Y debo reiterar que el primer secretario del PCC en Puerto Padre Roy Molina, haciendo él mismo de agente de influencia marginadora, llegó a decir que, por mis ideas políticas, yo era una “persona mal vista” en esta zona, vilipendio al que su interlocutor respondió: “Oiga, cuando usted andaba en short, ese hombre ya era respetado en este pueblo”.

Y Eduardo Velázquez Infante, hasta hace poco mayor de la Seguridad del Estado, luego represor político por oficio, hoy vive domiciliado en Estados Unidos gracias al parole humanitario. El represor de personas y causas políticas a quienes él llamó “gusanos” y “contrarrevolucionarios” entró a Estados Unidos por el aeropuerto de Miami, en fecha posterior al 20 de marzo de 2023.

En lo que a mí concierne, contra mi persona Eduardo Velázquez Infante junto a otros esbirros de la policía política realizó acciones de acoso policial y dirigió, personalmente, la detención arbitraria que constituye delito de privación de libertad, ocurrida “a la salida del centro de telecomunicaciones de Puerto Padre, Las Tunas, a las 9 de la mañana del jueves 22 de marzo de 2012”, según ya hemos reportado.

Una extensa lista

Siguiendo el proverbio que dice, “cuenta de tu aldea y contarás del mundo”, grosso modo he reseñado los casos de estos tres represores con ejecutoria delictuosa en la provincia Las Tunas, y digo que las suyas son acciones u omisiones delictivas, por ser violatoria de los derechos humanos.

Eso lo saben ellos mismos, en su fuero interno, aunque públicamente lo nieguen. Pero alarma causa la forma como estos hacedores del totalitarismo en Cuba, “revolucionariamente”, sí, subversivamente, conspiradoramente, de forma tumultuosa ya, van a establecerse en  Estados Unidos, dejando cadáveres en el mar, personas encarceladas, familias enlutadas y, en suma, una nación tan menesterosa, económica y moralmente con el concurso de ellos mismos, que hasta ellos mismos salen huyendo de su “creación socialista”.

Y, aunque ocultos muchos quedan, vean, así, sin orden de llegada ni conciertos, en una ristra, quiénes son ellos, según nos han desgranado periodistas, investigadores y las redes sociales todas:

  • Misael Enamorado Dager, ex primer secretario del PCC en Las Tunas y Santiago de Cuba.
  • Roy Molina Campos, ex primer secretario del PCC en el municipio Puerto Padre.
  • Eduardo Velázquez Infante, mayor de la Seguridad del Estado en retiro.
  • Rosabel Roca Sampedro, ex fiscal.
  • Manuel Menéndez Castellano, ex primer secretario del PCC en Cienfuegos.
  • Arelys Casañola Quintana, ex presidenta del Gobierno en Isla de Pinos.
  • Melody González Pedraza, ex jueza penal.
  • Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, teniente coronel en retiro de las FAR, piloto de combate.
  • Juan Carlos Santana Novoa, viceministro de Trabajo y Seguridad Social, activo, al momento de solicitar refugio político.

El asilo político

Cabe preguntar: ¿Es lícito que soliciten al Gobierno de Estados Unidos asilo político, reunificación familiar o parole humanitario estas personas y tantas otras de las que todavía no tenemos su identificación, pero que, necesariamente y en atención a los cargos que ocuparon dentro del régimen totalitario, fueron represores políticos en Cuba…?

La respuesta a esa interrogante espinosa es… Por supuesto que esas personas tienen derecho para solicitar a las autoridades de Estados Unidos, ellos mismos, o sus familiares, el expediente migratorio que según el caso proceda. Ilícito es que en el ejercicio de ese derecho de petición, el peticionario o su familiar oculte o tergiverse el pasado de un represor de los derechos civiles, económicos, políticos o de los derechos humanos todos de sus semejantes.

En otro tiempo altos cargos de la dictadura, militares, diplomáticos o de la inteligencia, comprendiendo que actuaban contra los derechos de los cubanos, abandonaron el régimen totalitario castrocomunista y fueron a Estados Unidos, donde ofrecieron testimonios que han sido valiosos para enfrentar la beligerancia castrista dentro y fuera de Cuba. Pero este no es el caso de los represores castristas que, “revolucionariamente”, se están estableciendo en Estados Unidos.

Y por supuesto: Bochornoso resulta que autoridades de Estados Unidos, cuando ya han negado amparo a perseguidos políticos, luego, en suelo estadounidense, den la bienvenida a los represores de esos mismos acosados.





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