Surge una posible explicación al anómalo terremoto de Myanmar: un temblor equivalente a un jet supersónico
El terremoto de Myanmar, de magnitud 7.7, dejó un saldo devastador: hasta ahora se estiman aproximadamente 3,000 fallecidos y decenas de edificios en ruinas, todo esto en medio de una guerra civil. A una semana del desastre, las autoridades birmanas continúan con los esfuerzos de rescate y han pactado una tregua; mientras tanto, la comunidad internacional envía apoyo. Los científicos también hacen su parte; por ahora, trabajan intensamente para comprender cuáles fueron los mecanismos físicos que provocaron el anómalo movimiento sísmico de esa magnitud.
Una posible explicación preliminar ha surgido. Un equipo de sismólogos alemanes utilizó monitores de actividad subterránea para estudiar el fenómeno que afectó a Myanmar. Según los datos recopilados, el terremoto pudo aumentar su capacidad destructiva por un evento inusual de propagación rápida de energía conocido como ruptura de supercizallamiento (supershear rupture). «Es el equivalente a un jet supersónico», explicaron los expertos.
Ondas P, S y cómo se originan los temblores
Un terremoto se origina por la ruptura de una falla. Cuando la tensión acumulada en las paredes de la fractura supera su límite, las rocas ceden y liberan la energía almacenada en forma de ondas sísmicas. Las ondas P y las ondas S son dos de las principales manifestaciones de esta energía.
Las ondas P o “principales”, son rápidas y provocan que el material por donde se mueve se comprima y expanda como resorte. No suelen estar relacionadas con movimientos violentos. Como llegan antes, los sismólogos usan las ondas P para calibrar los sistemas de alertamiento temprano. Por su parte, las ondas S (del inglés shear waves u ondas cizalla) son más lentas, pero hacen que las partículas se muevan en dirección perpendicular a la dirección en que viajan. Por ello, son directamente responsables de esa sensación de oscilación o vibración que se percibe en un temblor en la superficie.
La velocidad de las ondas S está estrechamente relacionada con la fuerza e impacto de un terremoto. En rocas sólidas típicas, se desplazan a entre tres y 4.5 kilómetros por segundo. Es una especie de «límite natural» en la velocidad de propagación del material. Sin embargo, hay casos raros en donde la energía de una ruptura de falla, usualmente recta y muy larga, viaja mucho más rápido que la velocidad de una onda S. En Myanmar, los cálculos arrojan que la energía viajó a aproximadamente 5 kilómetros por segundo.
«Un temblor supersónico»
En una ruptura de supercizallamiento, la energía de la falla viaja más rápido que las ondas S, lo que provoca ondas de choque similares a las que se ven en aviones supersónicos (esas son el resultado de la diferencia entre la velocidad del sonido y la de la aeronave). El supercizallemiento hace que los terremotos intensifiquen su escala y su potencial de destrucción aumente. «Este efecto pudo haber exacerbado el daño en Nay Pyi Taw [capital de Myanmar] y haber jugado un rol importante para explicar los efectos inusualmente drásticos experimentados en Bangkok, a más de 1,000 km de distancia del epicentro”, explicó Frederik Tillmann, sismólogo alemán.
De acuerdo con las explicaciones oficiales, el terremoto se originó en la falla de Sagaing, que prácticamente atraviesa Myanmar y mide aproximadamente 1,200 Km. Si la explicación del terremoto supersónico es correcta, la falla de Sagaing debió romperse por, al menos, 400 kilómetros. Nuevos estudios sobre el área deberán confirmar o eliminar la hipótesis de la ruptura de supercizallamiento.