jueves, marzo 6, 2025
Cuba

«Tajadas de aire» reciben los cubanos por la bodega


SAN LUIS POTOSÍ, México.- Aunque en los albores de este mes de septiembre el Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) desmintió rumores sobre restricciones en la entrega de la canasta básica normada, la ausencia de la mayoría de los productos deja a los cubanos con dudas acerca de la continuidad de la “libreta”.

Los relatos replicados señalaban que no habría más pollo, que el aseo sería trimestral, igual que el café, aceite y los chícharos. Además, apuntaba que las medidas se tomaban en correspondencia con la disponibilidad de esos productos en las Mipymes.

Según la información, catalogada como falsa, Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, aplicaría “nuevas medidas” con vistas a “corregir distorsiones en la economía cubana”.

Dos semanas después, muchos cubanos no reciben los productos racionados. “Hambre, miseria y terror”, adquirieron algunos en las bodegas, según los comentarios a un post de CubaNet que preguntaba por los alimentos que estarían disponibles en los establecimientos.

Los “mandados” están ausentes pero también ausente está el sueldo que permite a los ciudadanos conseguir comida en otros locales.

“Con mucho respeto y sin ofender a nadie, el que piense vivir de los mandados de la bodega se va a morir de hambre”, dijo, pesimista, una internauta.

Ni pollo ni leche, acaso azúcar y arroz, en escasos puntos de venta, han podido comprar las personas.

“Ah, sí, jamonada con tremenda peste, malísima, para los perros, ellos están bien contentos”, escribió otro usuario.

Pocos esperan optimistas, pues los retrasos y ausencia de productos en meses anteriores hacen dudar si aparecerán pronto.

“En mi bodega no ha llegado nada y espero que tampoco llegue. Porque ya aquí en nuestros país se olvidaron que hay un pueblo pasando hambre y que vivimos solamente de la canasta básica. Todo no puede ser importado”, sentenció alguien.

Un residente en Güines dijo que hace apenas dos días llegaron dos libras de azúcar, tres de arroz y 10 onzas de frijoles, pero otro de la misma localidad respondió que a su bodega solo había entrado un pomo de detergente líquido “que debían de no sé qué mes o año, roto, le sacaron la mitad del detergente y le echaron agua”. “Eso es lo único que ha venido en Güines a mi bodega”.

Los medios oficialistas han informado en otras ocasiones que las causas de los notables atrasos de los productos eran “las restricciones financieras y problemas operacionales”, pero no han explicado por qué se siguen importando alimentos de otros países ni si a esas operaciones también llegan las “restricciones”.

“En Sagua la Grande quitaron de nuevo el litro de leche que daban una vez a la semana, quitaron el combustible de los ‘postrados’ y a la bodega solo vino el paquete de espaguetis que dieron gratis y nada más”, apuntó otro cubano.

Menos productos, menos pan…

Otra noticia relacionada con los alimentos racionados por el régimen llegó a los cubanos: desde este 12 de septiembre, el peso del pan diario que se distribuye por persona como parte de la canasta básica en  Cuba se ha reducido a 60 gramos, 20 gramos menos de lo habitual.

Esta medida, anunciada por el Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal), se ha presentado como una “solución” para enfrentar la escasez de harina que afecta al país.

El diario oficialista Granma informó: “A partir de hoy, el pan de la canasta familiar normada tendrá una variación en su gramaje y precio, en función de mantener su producción ante la indisponibilidad de harina en el país”.

A pesar de las declaraciones que prometen que la reducción en el gramaje no afectará la calidad, los cubanos perciben esta medida como otro intento del régimen de disfrazar su incapacidad para resolver la profunda crisis económica que atraviesa el país. La escasez de harina, las dificultades logísticas y la constante improvisación son síntomas de un sistema que no logra ofrecer soluciones efectivas y que agrava la situación de una población ya agotada por la falta de alimentos, medicinas y recursos básicos.

Tradicionalmente una de las pocas garantías alimentarias mínimas, el pan no solo es pequeño, sino de una calidad que deja mucho que desear. La textura gomosa, el sabor agrio y la frecuencia con la que se encuentra mal cocido han sido quejas recurrentes en los hogares cubanos.

Mientras tanto, lso funcionarios del régimen celebran  festivales de cocina gourmet y eventos que son percibidos por los cubanos como un insulto, ya que la mayoría de la población debe hacer “malabares” para poner un plato de comida en la mesa.



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