Israel mata mientras dormían a tres periodistas de medios afines a Hezbolá | internacional
El ejército israelí ha matado a tres periodistas en un bombardeo en la madrugada del viernes contra los bungalós en los que dormían en el sur de Líbano. Se trata de Ghassan Najjar (camarógrafo) y Mohammad Reda (técnico de sonido), de Al Mayadeen, un canal libanés muy cercano a Irán ya su aliado Hezbolá; y de Wissam Qassim, camarógrafo de Al Manar, la cadena del partido-milicia libanés. No estaban cerca del frente de combate, sino descansando en Hasbaya, una localidad que Israel no había atacado antes ni pedido su evacuación, a diferencia de otras decenas, algunas muy cercanas. Todo apunta a que los tres eran el objetivo: compartían hospedaje con compañeros de otras cadenas, que relatan un bombardeo localizado. El ministro de Información del país, Ziad Makary, habla de “crimen de guerra”.
El ataque ―sobre el que no se ha pronunciado el ejército israelí― ha dejado también siete heridos de distinta consideración, según el Ministerio de Sanidad. Las imágenes captadas por los medios en el lugar muestran varios bungalós reducidos a escombros y coches claramente marcados con la palabra “Prensa” cubiertos por el polvo. En el complejo había 18 periodistas de siete medios de comunicación árabes, como Al Jazeera, Al Yadid, Sky News en árabe o MTV Líbano.
El bombardeo tuvo lugar cerca de las cuatro de la madrugada (tres en la España peninsular). “El enemigo israelí esperaba a que descansaran por la noche para traicionarlos mientras dormían (…) Ha sido un asesinato premeditado”, ha escrito en la red social X el ministro de Información.
Autoridades, medios y sindicatos de periodistas han condenado durante la jornada el ataque. El primer ministro libanés, Nayib Milkati, ve “un intento (israelí) de intimidar a los medios de comunicación para disimular los crímenes y destrucción” que está dejando en el país, en particular en el último mes, cuando inició una ofensiva que se ha cobrado cerca de 2.000 vidas y desplazado a un quinto de la población. Lo incluir en el expediente de protesta al Consejo de Seguridad de la ONU, ha añadido. El Comité para la Protección de los Periodistas ha solicitado una investigación independiente. “Atacar deliberadamente a periodistas es un crimen de guerra según el derecho internacional. Este ataque debe ser investigado de forma independiente y los perpetradores deben rendir cuentas”, ha declarado en un comunicado su director de programas, Carlos Martínez de la Serna.
Ya el miércoles, la aviación militar israelí atacó la sede en Beirut de Al Mayadeen, matando a una persona e hiriendo a cinco. El nuevo bombardeo revela cómo Israel viene ampliando sus objetivos, trascendiendo lo militar. Por un lado, con los ataques directos contra instituciones de Gobierno, en los que ha matado alcaldes y concejales chiíes. El director, la semana pasada, Ahmad Kahil, de Nabatiyeciudad de 40.000 habitantes antes de la guerra. Por otro, con la campaña contra Al Qadr al Hasan, la red de microcréditos de Hezbolá que ha puesto ahora en el punto de miraal considerarla una tapadera para su financiación.
Decenas de las sedes de esta red han sido bombardeadas en los últimos días, principalmente en el sur del país y los suburbios de Beirut. A esto se suma los ataques contra ambulancias y paramédicos, a los que acusa de transportar armamento. Comenzaron ya en octubre de 2023, pero se han multiplicado en las últimas semanas.
El ejército israelí ha matado a otros 10 profesionales de la información en Líbano desde el inicio de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá, el 8 de octubre de 2023. Uno de los casos más sonados es el de Issam Abdullah, contratado por la agencia de noticias Reuters. En los primeros días de fuego cruzado, fue alcanzado por un disparo de tanque israelí que hirió además a varios de sus compañeros, algunos de gravedad. Las posteriores investigaciones de organizaciones internacionales de derechos humanos y medios de comunicación sobre el terreno coinciden en que el disparo fue intencionado.
El número de reporteros muertos en Líbano es pequeño en comparación con el de Gaza en el mismo periodo, el lugar del mundo en el que más periodistas han muerto en tan poco tiempo: en torno a 130.