¿quién es Mark Carney y cómo podría influir en la relación bilateral?
MADRID, España.- “Felicitamos al Partido Liberal de Canadá y a su líder Mark Carney por la victoria obtenida en las elecciones federales. Reiteramos la voluntad de profundizar los vínculos entre nuestras dos naciones, que celebran 80 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas”, publicó este martes el dictador cubano Miguel Díaz-Canel en su cuenta en X.
El mensaje, que sigue la línea diplomática habitual del régimen cubano, da la bienvenida al nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, una figura poco tradicional en la política.
Exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, Carney es un tecnócrata con amplio reconocimiento internacional por su liderazgo financiero y su enfoque en la lucha contra el cambio climático.
Nacido en Fort Smith y educado en Harvard y Oxford, Carney es visto como un centrista pragmático. Su ascenso a primer ministro marca un giro significativo en el panorama político canadiense, tras la salida de Justin Trudeau.
Carney, de 59 años, centró su campaña en una dura crítica al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien acusó abiertamente de “traición” por sus recientes políticas comerciales. En su discurso de victoria aseguró que “ganaremos esta guerra comercial”, aunque advirtió que se avecinan tiempos “desafiantes” debido a las decisiones del mandatario estadounidense.
Aunque no ha mostrado una postura explícita sobre Cuba durante su campaña, su énfasis en los derechos humanos y su cercanía al enfoque multilateral podrían entrar en conflicto con la narrativa del régimen cubano.
A pesar de la felicitación oficial, no está claro si Carney favorecerá o no una continuidad de la postura tolerante que Canadá ha mantenido históricamente hacia La Habana. En un contexto internacional cada vez más crítico con las violaciones de derechos humanos en la isla, el nuevo liderazgo canadiense podría optar por una mayor firmeza.
En definitiva, aunque Díaz-Canel busca proyectar continuidad y cercanía, está por verse si Mark Carney mantendrá ese tono o si su visión ética de la economía lo llevará a revisar el papel de Canadá frente al régimen cubano.