Campazzo revive al mejor Real Madrid tras la crisis
El Real Madrid va saliendo de la crisis. Es un diagnóstico que haría cualquier político de cabecera, pero se toma como válido para expresar su segundo triunfo (en cuatro partidos) en Liga Endesa tras batir con solvencia y alegría al Bàsquet Girona (95-67). El Madrid endereza algo la situación en una semana que cierra en positivo, tras arreglar el resbalón con el que se presentó tras caer en Bilbao y Vitoria (Euroliga) de forma consecutiva.
La semana que empezó de forma negativa termina con respiro. El Madrid se basó en un cuarto de más de 30 puntos, y un juego coral en todo momento. Facundo Campazzo fue el más destacado, marchándose hasta los 14 puntos, cinco asistencias y 22 créditos de valoración. A su lado, casi todos: Tavares (14 puntos y cinco rebotes), un chispazo de genialidad de Llull -mandarina incluida-, incluso muy buenos minutos de Hugo González (9 puntos y seis rebotes). Solo Dzanan Musa después torcerse el tobillo aunque no parece nada grave. Los 28 de diferencia son el mejor resumen del choque.
Si el Real Madrid no ha empezado con más dudas todavía es por Facundo Campazzo. El base manda en cualquier partido y contexto, y ante el Bàsquet Girona lo demostró desde la salida del choque. Anotó 10 puntos en el primer cuarto con solo un fallo en el triple, encontró a Edy Tavares por encima del aro y solo Aljami Durham desde fuera evitó un destrozo mayor en el seno catalán (20-13, 7′). Sirvió para equilibrar su ataque a pesar de un tirón en las posesiones finales del primer cuarto de Xavier Rathan-Mayes (23-18).
Esa tónica de partido siguió dominando. Durham era el faro catalán y al Madrid le faltó algo de consistencia en ataque y en el rebote, especialmente, para acelerar por completo. Aunque los blancos tenían más. Deck y Rathan-Mayes volvieron a abrir brecha, y de allí no se bajó el Madrid pese a las embestidas de un Durham solo en los visitantes.
Ejercicio coral
Llegó a los 16 en el intermedio, pero el Real Madrid no dudó castigando en el aro contrario y con solidez en el juego interior. La aparición de Hezonja, un triple de Llull y más momentos de Campazzo aportaban a la buena marcha blanca (45-34, 20′). Más coral que arrolladora, pero válida para mantener un marcador más que interesante.
Las buenas sensaciones blancas dieron lugar a la rotura por completo del partido. El Girona salió dependiente de un acierto exterior inexistente al último parcial, y el Madrid acumuló grandes aportaciones. De Tavares, ingobernable por dentro, Deck con 2+1 y un mate tras rebote de la perla Hugo González. De golpe y porrazo, parcial y paliza que rompía cualquier opción del conjunto catalán.
En concreto, fue de 16-0 (60-34, 24′). Un directo al mentón, si fuera boxeo. Lleno de todo: acierto ofensivo, equilibrio, tras una primera mitad complicada, del rebote y la aparición de Campazzo y Abalde para unirse a la fiesta del cuadro local. La primera de todo el curso, todo sea dicho. Pero suficiente para certificar un triunfo que tocaba.
Eterno Llull
Mateo también aprovechó para dar confianza a otros jugadores. Hugo González fue muy protagonista consiguiendo neutralizar cualquier intentona del Girona, además de los puntos de Rathan-Mayes o la potencia de Ibaka en los tableros. El resultado fue un cuarto brillante, de 31 puntos (76-49, 30′), que certificó Sergio Llull con otro momento que solo es capaz de hacer él. Metió un triple en la esquina, y otro sin tiempo desde su propio campo. Hasta los clásicos volvían.
Propició un final apto para el lucimiento del equipo. El Madrid contó con Hugo González especialmente motivado y Hezonja muy presente, pudo seguir disparando la diferencia y hasta dio entrada a otro de sus mirlos, Sidi Gueye (2007). Consiguió marcharse hasta el 95-67 y los 28 de diferencia, la mejor noticia para calmar esas aguas que bajaban turbias.